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4.08.2010

Respondió Jesús y le dijo:Lo que Yo hago, tú no lo comprendes ahora; más Lo entenderás después. Juan 13: 7

Existe una antigua leyenda hebrea que cuenta de un rabino viajando sobre una mula a través de áreas salvajes. Su única compañía era un gallo cuyo agudo cantar en las madrugadas lo despertaba para hacer sus devociones.

Él llegó a un pequeño pueblo en la noche y buscó refugio, pero los habitantes lo echaron. En las afueras de la villa él encontró una cueva en la cual podía dormir. Encendió su lámpara antes de dormirse, pero una corriente de aire apagó su luz. Durante la noche un lobo mató a su gallo, y un león devoró a su mula. Temprano en la mañana fue al pueblo para ver si podía comprar algunos alimentos, pero para su sorpresa no encontró a nadie vivo.
Una banda de ladrones, durante la noche, había destruido todo y asesinado a todos los habitantes.

"Ahora comprendo el sentido de mis tribulaciones", dijo el rabino. "Si la gente del pueblo me hubiese recibido, yo estaría ahora muerto. Si el gallo y la mula no hubiesen sido muertos sus sonidos o la luz de mi lámpara habrían delatado mi lugar de refugio. Dios ha sido bueno conmigo".

Cristiano, confía en el liderazgo sabio del Señor. Puede que no lo entiendas ahora, pero lo entenderás después.

Debemos confiar en Dios aun cuando no sabemos a donde nos lleva.

Amory Dixon

4.07.2010

Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven. Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.

¿ Pues qué diremos á esto ? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo: Por el cual también tenemos entrada por la fe á esta gracia en la cual estamos "fiirmes", y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; Y la paciencia prueba; y la prueba, esperanza; Y la esperanza no averguenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo que nos es dado.
Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón del mar. Bramarán, turbaránse sus aguas; Temblarán los montes á causa de su braveza.

FORTALECEOS EN EL SEÑOR Y EN SU FUERZA PODEROSA

Vestíos de toda "la armadura de Dios", para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo.


 
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.